¿Por qué de la Magia?

¡Hola!

Muchos sabreis, y si no lo sabeis ya os lo digo yo, que me encanta la Magia.

No me da vergüenza además decir, porque lo puedo decir, que SOY MAGO.

Pero, ¿por qué? ¿qué me hace que me guste? ¿qué encuentro en ella? ¿cómo? ¿cuándo?

La Magia es mi vida (bueno, mi vida es mi novia, pero mi segunda vida), es mi pasión, la adoro, me llena, me relaja, me inspira para otros artes, y de otros artes tomo matices o información para aplicarlo a este, mi arte.

Y además, creo que, por una vez, no es algo egoista. Al contrario. El por qué no radica en la sensación que sentí la primera vez que me hicieron magia (y me rompieron los esquemas). Si sólo hubiese sido por eso pues hubiese desistido. Pero ya voy por 13 años llevando conmigo los milagritos que tanto me agradan.

¿Me habeis visto alguna vez hacer Magia? ¿Os he hecho una sesión completa? Incluso a los que me habeis visto juegos sueltos, ¿os habeis fijado en cómo lo vivo? Si no lo habeis hecho, hacedlo. Es entonces cuando me vereis vibrar, emocionarme, vivir lo inexplicable con vosotros. Y es por eso por lo que me dedico a ello, por vuestras caras. Por encima de que se haga algo especial, de que se haga bien, de que haya gente que vaya a fastidiar (¡pobres incautos!) están vuestras caras, de asombro, de sorpresa, de ilusión, de regocijo.

Me siento afortunado cuando por un minuto, a los que estudiais, los que trabajais, los que teneis problemas, familiares enfermos, preocupaciones, presiones, y demás, se os cambia la cara. Me siento afortunado porque durante un sólo segundo penseis ¿será Magia? Solteis una sonrisa, disfruteis, seais felices. Y bueno, egoistamente, yo también lo soy, no puedo negarlo, porque yo no hago Magia, la Magia pasa, y punto. Y eso intento siempre transmitir en este Arte.

No hay un "quiero ser famoso", porque no me dedicaré a la Magia a pesar de poderlo hacer, y ser mejor mago que ingeniero. No hay un "porque quiero vacilar", porque precisamente mi Magia y mi estilo busca que la gente lo viva conmigo, que le sudecan a ellos o que ¡incluso ellos hagan Magia!. Tampoco hay un "quiero ser especial", porque con mi novia, mis amigos y mi familia ya me siento especial. Ni hay un "quiero guardar un secreto y que sólo yo lo sepa", porque como sabeis, me dedico a enseñar Magia en el Círculo Mágico de Sevilla. No hay un "por dinero", porque tampoco actúo asiduamente.

Es simple y llanamente eso, y me ha costado muchos años darme cuenta. Pero al darme cuenta me he sentido aliviadísimo. Mis manos, mi mente, mis palabras, mis gestos, mis miradas, mis horas de estudio y ensayo (intensas! largas! pero gozosas!), mi experiencia, mi conocimiento de la psicología, mi, mi, mi, y en definitiva: yo por completo, están dedicados a otros. Simple y llanamente a otros.

Los que os dediqueis a este tipo de Arte, humoristas, monologistas, o simplemente, gente que intenta mediante sus actos (aunque sea un chiste) que otro ría, me entendereis sobradamente. Imaginaos poderlo hacer continuamente. Que la gente te mire y te diga "eres EL MAGO", y no lo digan ni con miedo, ni con tapujos, ni con dudas, ni con desdén, sino con una sonrisa porque recuerdan cómo soy, cómo hago magia, y cómo se lo pasaron.

A parte, la Magia ejerce sobre mi una especie de método de relajación, de concentración y de tranquilidad que no me lo dan otros artes, hobbies, aficiones, o lo que sea. Es capaz de calmar mi ánimo, de conseguir que me concentre puramente en ello, y a la vez cuando estoy delante del público es capaz de hacer subir mi adrenalina de forma increible. Jazzeando, improvisando, o con números preparados, estudiados hasta el mínimo detalle. Es capaz en todo momento de llevarme de un estado a otro. Y sin hacerme ningún daño.

Y como último motivo, por la hermandad, hay una comunidad de magos a los que con el tiempo te entran ganas de llamarles hermanos. Porque somos esos, una hermandad (siempre hay alguna oveja descarriada pero...). Y la verdad es que se disfruta de esta afición, arte o profesión. Como querais llamarle.

El ¿cómo? y el ¿cuándo? ya los contestaré en otra ocasión.

Como diría lo que yo considero un maestro: ¡Magia porque sí!